CORAJE DE MADRE – Teatro Principal de Castellón

En un día…

Un día de verano de 1944, en la ciudad de Budapest, Elsa Tabori es de-
tenida por la policía estatal cuando se dirige a casa de su hermana a jugar
la partida semanal de rommé. En la Estación del Oeste los encargados
de las deportaciones, a las órdenes de un oficial alemán, la introducen,
junto a otros 4.030 compañeros de infortunio, en un tren camino de
Auschwitz. El tren se detiene en la frontera con Polonia. Es entonces
cuando Elsa Tabori finge haber olvidado su salvoconducto ante el oficial
alemán que realiza el censo de los prisioneros y este finge creerla. Elsa
será conducida a un vagón de primera clase de vuelta a Budapest.

A punto de llegar a destino todavía el oficial alemán le propondrá huir
mientras él va al lavabo. Ya en la noche, la única superviviente de este
convoy, la señora Tabori, acudirá con algo de retraso a la cita de la parti-
da semanal de rommé a casa de su hermana.

Esta sorprendente anécdota es una excepción pero es real. Le ocurrió a
la madre de George Tabori, en esa misma fecha, en esos mismos lugares.
Diez años más tarde, bajo el almendro de un patio interior de una casa
londinense, Elsa Tabori entrega a su hijo unas cuartillas donde relata su
historia para que este la cuente algún día. Y así nace Coraje de madre, pri-
mero como novela corta, más tarde como obra teatral y pieza dramática
para la radio, y años después como guion cinematográfico.

En ella se cuenta la pequeña historia hecha de horrores y de milagros
olvidados: la pequeña historia de una madre judía de la Europa del Este
en el momento de “los campos de concentración”, de “la solución final”.
Cómo fue su arresto, su viaje en el vagón de ganado, la promiscuidad
de los cuerpos, la mezcla de angustia y resignación, la improvisación
desesperada de rituales y sacrificios imprevisibles, el adiós a la vida y al
sexo… hasta el absurdo y providencial gesto de un oficial que, contra
todo pronóstico, le posibilita la huida.

Tabori reivindica a su madre como heroína anónima y cuenta esta his-
toria con ella, por ella y para ella. También por él y para él, por los su-
yos, por la humanidad de la que forman parte, la ayuda a recordar y a
dar testimonio de su experiencia. Pero ¿cómo sobrevivir sin traicionar?,
¿cómo representar lo irrepresentable? Tabori se sirve de diversos y con-
tradictorios puntos de vista, embellece el cuento en ocasiones, utiliza la
ironía y el humor, sin odio ni complacencia, reconociendo de esta forma
la dificultad de contar experiencias de atrocidad y validando una noción
de resistencia más sutil.

Al citar la excepción, nos conduce a la regla; su final feliz denuncia aún
con más eficacia los millones de seres humanos que se diluyeron en humo
sobre Europa.

Hoy no debemos olvidar una historia como esta y nuestro desafío es ser
capaces de encontrar el arte para contarla.

Helena Pimenta