La tercera edición del Festival Al Crepuscle se refugia en las puestas de sol del Grau Vell de Sagunt

La cita con la música y las artes escénicas se celebrará en puertas del solsticio de verano, del 19 al 22 de junio

El festival Al Crepuscle es una cita cultural cuya premisa la hace única en el mundo: las representaciones se celebran a la caída de la tarde, sin luz artificial, en los días próximos al solsticio de verano. La propuesta alcanza su tercera edición entre los próximos 19 y 22 de junio en el paraje natural del Grau Vell de Sagunto, un antiguo pueblo marinero de apenas 30 casas.

En el tránsito entre el día y la noche, bautizado por los directores de fotografía como “la hora mágica”, el público podrá asistir a espectáculos de teatro íntimo y conciertos en coincidencia con el atardecer. Esta edición hay propuestas más crepusculares en lo temático y otras más lúdicas, en coincidencia con los días en los que el hemisferio norte recibe más luz solar que en cualquier otra etapa del año.

“La visita al antiguo e histórico puerto de Sagunt, el Grau Vell, ese oasis al atardecer, es una experiencia mágica para los sentidos -avanza el codirector artístico del festival, Paco Zarzoso-. El valor medioambiental de la Marjal dels Moros, unido al valor patrimonial arqueológico del conjunto y el encanto de ese barrio marinero, anclado en el tiempo en esa costa única por haber sido la escombrera de escoria de los Altos Hornos, convierten este espacio en todo un santuario”.

La iniciativa parte de una idea original de la Companyia Hongaresa de Teatre, y está organizada por el Ayuntamiento de Sagunt desde las concejalías de Cultura y Turismo. La cita cultural cuenta con el apoyo de Autoridad Portuaria de Valencia y Saggas. 

Folk mediterráneo en el ocaso

El festival arrancará el próximo miércoles, 19 de junio, con un concierto de fusión de folk y jazz a cargo de Eixa, proyecto personal de la compositora, cantante e intérprete de acordeón y piano Isabel Latorre, junto a Esteban Rodrigo, Alfonso del Corral y Gloria Aleza. El cuarteto presentará su segundo álbum, Endevina, donde exploran el papel que el vino ha tenido como puente entre los diferentes pueblos del Mare Nostrum.

Su música aporta expresiones de coordenadas socioculturales diversas, desde Georgia y su canto polifónico tradicional como cuna de la viticultura, hasta el tango argentino, recorriendo todo el arco mediterráneo y sus influencias.

Cartas de amor desde la cárcel

El festival proseguirá las siguientes jornadas, 20, 21 y 22 de junio, con un espectáculo de teatro íntimo seguido de propuestas de performance filosófica, música flamenca y teatro comprometido.

Las cartas de Ulpiano rendirá homenaje en tres representaciones al primer presidente de la agrupación local del PSOE en Sagunto y alma del sindicato UGT, Ulpiano Alonso. Al término de la Guerra Civil, fue detenido y permaneció siete meses en diferentes cárceles de la ciudad. Durante su prolongada estancia en prisión, su esposa Julia y él encontraron un método para comunicarse por escrito a través de papelitos ocultos en el capazo en el que diariamente su mujer le llevaba la comida. De Julia no se conserva ninguna carta, pero sí de Ulpiano: más de 130.

En las misivas, transmite el gran amor que le profesa, la preocupación por lo que les pudiera ocurrir, las condiciones presidiarias y, especialmente, la suerte que temía tras el consejo de guerra al que fue sometido y en el que se le había condenado a muerte. La representación dará a conocer por primera vez esta estremecedora correspondencia a través de las voces de Pep Ricart y Blanca Martínez.

Ulpiano Alonso fue fusilado el 17 de noviembre de 1939 en Paterna y su cuerpo, arrojado a la Fosa 95 junto a 45 republicanos más. En la actualidad, 84 años después, la fosa ha sido exhumada y los familiares están a la espera de una posible identificación de sus restos mediante el análisis de ADN.

 El clown que filosofaba

El programa del día 20 se completa con un monólogo a cargo de Pablo Rosal en el que se hibridan la performance, la filosofía y las técnicas de clown. En el espectáculo unipersonal Castroponce. Teoría y praxis para una vanguardia para el siglo XXI se reconstruye un evento con vocación didáctica celebrado en el homónimo municipio vallisoletano en 2015. Se trató de un simposio en el contexto de la España vaciada donde se expusieron sencillas y clarividentes ideas en torno a la creación y su implicación política.

El día siguiente, 21 de junio, tras la segunda función de Las cartas de Ulpiano, se ha programado un recital de flamenco a cargo de Paco del Pozo. El cantaor realizará un recorrido por los principales palos del género acompañado al toque por Jerónimo Maya y a la percusión, por Roberto Vozmediano.

La propuesta fusionará la pasión contenida en soleás, alegrías y bulerías con la magia del atardecer.

Por último, como colofón del festival, el 22 de junio, el doble programa estará conformado por la última representación de la pieza íntima en homenaje al sindicalista represaliado Ulpiano Alonso y una obra que, precisamente, quiere dar voz a los miles de ejecutados por el régimen franquista que siguen enterrados en las cunetas y caminos de nuestro país, Los que comen tierra, encarnados por los intérpretes Mafalda Bellido, Lola López, Ernesto Pastor, Marcos Sproston y Begoña Tena.

La compañía La Zafirina se alzó con el Premio a Mejor Texto 2023 del Institut Valencià de Cultura. Con dramaturgia de Mafalda Bellido y dirección de Sergio Serrano, este montaje es también un homenaje a las familias de estas víctimas, que luchan por la dignidad y la reparación de la memoria de sus antepasados.

Un marco que es historia y naturaleza

El Grau Vell de Sagunt es conocido tanto por su relevancia histórica como por su entorno natural de montaña y mar. Este espacio singular fue en su origen el puerto íberorromano de Morvedre y se encuentra ubicado junto a la Marjal dels Moros y frente a la Sierra Calderona., enclaves de gran valor medioambiental.

La idea, edición tras edición, es organizar un encuentro cultural en torno a la noche de San Juan, donde todas las artes convivan y en la que los espectáculos se sirvan de la luz natural. Al igual que el año pasado, la ubicación elegida es la torre-batería de vigilancia costera del Grau Vell, que data del siglo XVI.

La playa del antiguo poblado de pescadores está formada por las gravas y cantos rodados que forman el cordón litoral, proveniente del río Palancia, y un material oscuro, de aspecto volcánico, ya que durante los 70 años de actividad de los Altos Hornos del Mediterráneo esta escoria se lanzaba alrededor de los seis kilómetros de costa.

Los ecos del pasado y las vistas a la sierra y el mar Mediterráneo proporcionan un telón de fondo conmovedor para las representaciones al aire libre. Como completa Zarzoso: “Si además podemos allí juntarnos con otras personas para disfrutar del teatro, de la música en el crepúsculo y luego poder seguir gozando de la brisas marinas, a la fresca. ¿Qué más se puede pedir?”