Russafa Escènica lleva a La Mutant y el TEM tres observaciones sobre la sexualidad
‘Cruising’ y ‘How to Be a Sexy Heroine’ en la sala del Cabanyal, y ‘Catalina’ en el espacio de Joan Verdaguer, plantean una visión escénica del sexo con todos sus matices
Desde su primera edición en 2011, el Festival Russafa Escènica apostó sin miramientos por lo insólito: espacios nada convencionales, creaciones arriesgadas a cargo de jóvenes artistas y compañías, piezas de pequeño formato… Un espíritu que encajaba a la perfección con la personalidad inconformista del barrio de Russafa, pero que con el paso de los años sintió la necesidad de expandirse hacia otras zonas de la ciudad. En muchos aspectos, la identidad del certamen se ajustaba al modo en el que tanto el TEM como La Mutant entienden las artes escénicas: algo cambiante que en ningún caso se ciñe a unos patrones determinados. Por esta razón, ambos espacios se convirtieron en dos de las sedes naturales de Russafa Escènica más allá del barrio donde se creó, y en la edición de 2020 acogerán de nuevo diferentes representaciones con el elemento común del sexo en todas sus variantes.
El primero de ellos será el Teatre El Musical, que el próximo jueves 1 de octubre pondrá en escena un programa compuesta por dos piezas de corta duración. Para comenzar, la coreógrafa e intérprete valenciana María Tamarit propondrá en How to Be a Sexy Heroine una reflexión sobre los conceptos de sensual y heroico vinculados, respectivamente, a lo femenino y lo masculino (doble función a las 18 y 20 horas). A continuación, el artista Alejandría Cinque presentará con Cruising (18:45 horas) la segunda de sus tres propuestas escénicas en torno a las experiencias que determinan la sexualidad de un gay.
Dos días después, el sábado 3 de octubre, La Mutant tomará el relevo de Russafa Escènica con Catalina (20:30 horas), una pieza a cargo del colectivo Iniciativa Sexual Femenina, formado en 2017 por las artistas Élise Moreau, Elisa Kaisanenn y Cristina Morales con el objetivo de aproximarse a la danza contemporánea desde una perspectiva feminista, libertaria y antiacademicista. Un espectáculo que, en palabras de sus creadoras, “trabaja sobre la represión sexual que sufrimos en la vida en general y en la danza en particular, y los modos de dar y recibir placer de mujeres sistemáticamente asediadas por el civismo heterosexual y monógamo”.