Carta abierta al Ministro de Cultura desde Imprebís
Sr. ministro:
Dejemos claro en primer lugar nuestro apoyo a la gestión del Gobierno en esta crisis sanitaria y más viendo y escuchando lo que ayer pudimos ver y escuchar en el Congreso de los Diputados. Ante el indigno comportamiento de la derecha y la ultraderecha de este país cabe pensar cómo hubiera sido esta tragedia gestionada por un gobierno compuesto por algunos de los personajes que ayer subieron a la tribuna en representación de las fuerzas políticas de ese signo…
Seguro que se habrán cometido muchos errores, como ayer el mismo Sánchez reconoció. ¿Quién no los habría cometido en una situación tan desconocida, cambiante y dura como la que estamos viviendo? Nos ponemos en la piel de los profesionales y políticos que deben dar respuesta día a día a unas urgencias sanitarias que pueden conllevar la muerte o la salvación de muchas personas. Es lógico que esperar a tomar decisiones o plantear propuestas después de analizar la experiencia de países vecinos que ya han sufrido la epidemia o haber estudiado modelos históricos de pandemia y, en consecuencia, acabar actuando con retraso ante la urgencia de la situación.
Pero, por eso mismo, no podemos entender su reacción como Ministro de Cultura ya que usted no ha tenido que reaccionar de forma precipitada, sino que, por el contrario, ha tenido casi un mes para analizar la situación, ver lo que estaban haciendo otros países europeos, reunirse con profesionales y asociaciones y, con todo, poder entender la singularidad en la que se encuentran los trabajadores y trabajadoras del sector cultural.
Sr ministro: los espacios culturales fueron los primeros en verse obligados a cerrar y estamos comprobando que muy probablemente serán los últimos en reanudar su actividad. Acabará el estado de alarma, pero no la emergencia del cierre de los espacios culturales. Si a esta circunstancia añadimos la intermitencia laboral propia del sector -algo pendiente de homologar a otras realidades europeas desde hace años- vemos que las medidas arbitradas como apoyo a las pymes y sus trabajadores, así como a los autónomos en general, no se corresponden con la situación de los trabajadores de la cultura. Vamos a ver cómo, lo que para muchos ciudadanos ha sido un problema de uno o dos meses, puede ampliarse en algunos sectores culturales a más de medio año.
Admitamos que no es una situación exclusiva del ámbito cultural. Otros trabajadores del sector servicios, hostelería y turismo pueden verse afectados por una situación similar y ha sido de agradecer que ministerios y gobiernos autonómicos hayan mostrado su voluntad para buscar soluciones que se acomoden a su problemática específica.
Por ello ha resultado decepcionante y triste su contestación como ministro responsable del ramo. Intolerable. Sin entrar en la falta de oportunidad política, sí quiero remarcar su falta de sensibilidad. Porque usted sí estaba viendo la reacción de países como Alemania, Portugal o Francia respecto a la consideración de la cultura como bien de primera necesidad. Usted sí ha tenido tiempo para arbitrar medidas que evitaran que muchos trabajadores culturales se viesen excluidos por los bancos de las moratorias de sus hipotecas al no ser ni autónomos ni poder estar incluidos en los ERTE de las empresas en las que trabajan, entre otras muchas situaciones discriminatorias que sería demasiado largo describir aquí.
Es importante que la sociedad entienda que no estamos pidiendo ninguna excepcionalidad ni ningún privilegio respecto al resto de trabajadores y empresas. Simplemente que se tenga en cuenta la especificidad de la situación laboral de la cultura.
Hagamos también autocrítica. Quizás la excesiva concentración de representatividad en algunas personas haya hecho que se pierda la posibilidad de exponer la problemática del sector cultural en general, y del escénico en particular, con diferentes enfoques y planteamientos variados.
Sr. ministro, si como dijo ayer el presidente Sánchez en la tribuna del Congreso: “Seguro que hemos hecho muchas cosas mal”, quizás su postura en la rueda de prensa del pasado martes sea una de ellas…Posiblemente usted se dio cuenta y buscó rectificar rápidamente desde tribunas vinculadas al otro cometido de su ministerio, el deporte. Está a tiempo de corregir también en lo que respecta a la cultura. Porque todos necesitamos del arte y la cultura. Porque ¿quién en estos días de confinamiento y dolor no ha encontrado alivio en una música, un poema, un libro, una obra de arte o una ficción interpretada ya sea para el cine, el teatro o la televisión? La vida, una vez satisfechas las necesidades básicas, debe merecer la pena ser vivida y, ahí, el arte y la cultura son indispensables. Mucho más allá del entretenimiento y el show business. Arte y cultura como esencia para sentirnos plenamente humanos.
Por eso hoy es necesario este apagón cultural en las redes. Con la misma buena fe que todo el mundo de la cultura se ha abierto a compartir su creatividad en esas mismas redes sociales. Como simple toque de atención de algo que todavía está pendiente en este país: la justa consideración social de la cultura, el arte y las personas que desempeñamos en él nuestro trabajo.
Corrija, señor ministro. Esperamos sinceramente que sea usted y el gobierno del que forma parte quienes, pasada la urgencia, también decidan comprometerse con lo importante. Porque, si no es así, querrá decir que habrán vencido los “intoxicadores” que quieren enfrentarnos y dividirnos entre españoles haciendo una falsa dicotomía entre agricultores y “titiriteros”. Ellos la utilizan como insulto, pero ¡qué grande es la palabra cuando engloba a actores, bailarines, cantantes, técnicos, maquinistas, operadores, acomodadores, directores, creativos, pintores, escritores y, en suma, artistas de todos los géneros!
Acompaño este escrito de una foto original de José García Poveda tomada en el Teatro Principal de Valencia en 1992 cuando los actores nos vimos obligados a hacer una huelga al advertir que ya las ideas neoliberales comenzaban a ser una amenaza para la cultura. Entonces dijimos a nuestro público: “Hoy paramos los teatros para que puedan estar abiertos muchos años más”. Muchos no lo entendieron. Pero han pasado casi 30 años en los que se ha consolidado y crecido un tejido cultural que hoy está seriamente amenazado. Pero que se recompondrá. Como estamos seguros de que ocurrirá, con o sin usted, en un futuro cuando salvada la emergencia vuelva la actividad a las salas de conciertos, los museos, los cines, los teatros, los circos, las galerías y las calles… Espero que estemos juntos y no haya quedado nadie en el camino.
Santiago Sánchez.
Director teatral. L’Om Imprebís.