“Claudia” de La Conquesta del Pol Sud
El Paranimf de la Universitat Jaume I de Castellón, acercará al público el próximo 22 de noviembre el montaje de la compañía La Conquesta del Pol Sud,“CLAUDIA”. Un testimonio real que nos habla en primera persona del deseo de justicia y de la profunda comprensión del sentido de la vida.
La Conquesta del Pol Sud es una todavía relativamente joven compañía barcelonesa (9 años) que gusta del contenido social y el teatro documental. En esta ocasión fija su foco en los desaparecidos durante la dictadura argentina entre 1976 y 1983. Y principalmente ilumina a Claudia Victoria Poblete Hlaczik, una ingeniera que a los 21 años descubrió que su entorno militar no había sido propiciado por sus padres biológicos, que habían desaparecido durante esa reciente etapa negra.
Su caso tuvo gran trascendencia en Argentina, ya que a partir de ahí se derrumbó la impunidad que había amparado a los mandos militares. Su figura sirve para que Carles Fernández Giua dirija una nueva muestra de las relaciones entre lo individual y lo colectivo.
Duración: 80min.
FUNCIÓN: Viernes 22 de noviembre a las 20:00h.
Precio: 10€
Tarifa reducida 8€
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Claudia Victoria Poblete Hlaczik nació en 1978 en Buenos Aires. Hoy tiene dos hijos, vive en la misma ciudad. Claudia Poblete reúne en su historia personal dos elementos que a la compañía La Conquesta del Pol Sudles apasiona: Historia e Identidad. Memoria e Identidad.
Pero Claudia Victoria descubrió llamarse así sólo a los 22 años. Había sido apropiada por una familia del entorno militar durante la dictadura a los pocos meses de nacer.
La carne, la emoción, la historia, la experiencia viva se agrupan todas ellas en el cuerpo, la voz, la mirada, los recuerdos, la generosidad y la capacidad de comunicación de Claudia Victoria Poblete.
Y las que siguen son sus palabras, su experiencia. Alrededor de ellas y de la complejidad que despliegan han construido este espectáculo:
“Vivía una vida desdibujada, sin emociones. Nunca ocurría nada: era como si siempre estuviera esperando algo que no llegaba…
Me recuerdo mirando hacia la calle por la ventana del departamento donde vivía, los autos y los colectivos, el tránsito constante, las personas que parecían de juguete -tan abajo-, la mirada ensimismada, preguntándome cuándo cambiaría algo, o si cada año sería exactamente igual al anterior: seguir el camino marcado por la crianza y la familia, cumplir obligaciones, objetivos impuestos, sin encontrar los propios sueños, las auténticas motivaciones. Iba siempre como perdida en la vida: en lo personal y en lo práctico, incapaz de orientarme en la ciudad sin ayuda, incapaz de salir del lugar en el que me habían puesto.
Dividida entre la culpa y el amor hacia quienes creía mi familia, preocupada siempre por un futuro, una vida, que parecía nunca empezar.
Finalmente, un día se abrió una puerta y llegó ese cambio que había latido en mis venas desde siempre. Ese día tuve frente a mis ojos la verdad que me había sido negada durante más de veinte años: había llegado al imprescindible punto de partida. Porque es así, porque no se puede ser feliz y libre en la mentira y mi sensación finalmente encontraba ecos en la realidad: no era mi vida la que estaba viviendo sino la de alguien más, una persona inventada que necesitaba obedecer para poder seguir adelante.
Desde ese día todo cambió. Nada volvió a ser lo mismo. La verdad, que venía de la mano de una familia que me había buscado y esperado durante tanto tiempo, se fue abriendo camino, curando de a poco viejas inseguridades e incertidumbres, dando respuesta a esas preguntas que siempre habían quedado abiertas.
Y llenaron de amor y de valor ese lugar que había estado vacío.
El dolor del proceso no se puede negar, como el dolor del nacimiento, el dolor de la historia y el dolor que nos produce conocer la verdad. Es un dolor íntimo, profundo, difícil de explicar si no fuera porque también, al mismo tiempo, es compartido.
Recuperar la identidad es eso: recuperar la certidumbre sobre el pasado que como un nuevo sol pone luz en el futuro. Dejar de vivir una vida inventada para enfrentar la responsabilidad de una vida real. Dejar de estar solo para sentirse parte de la historia y de una gran familia que, con el tiempo, con amor y con paciencia, también se hace parte de uno, profundamente.”
FICHA ARTÍSTICA:
Creación e interpretación: Claudia Victoria Poblete Hlaczick, Carles Fernández Giua y Eugenio Szwarcer
Texto: Daniel Tormo y Anna Marí
Dirección: Carles Fernández Giua
Reparto: Claudia Victoria Poblete Hlaczik, Carles F. Giua y Eugenio Szwarcer
Diseño de escénico y video:Eugenio Szwarcer
Diseño de luz: Luis Martí
Diseño de sonido: Damien Bazin
Paranimf de la Universitat Jaume I de Castellón
Avenida Vicente Sos Baynat, s/n
Castellón de la Plana