El Grau Vell de Port de Sagunt acoge la segunda edición del Festival Al Crepuscle, programado durante el solsticio de verano
La cita con las artes escénicas se celebrará en coincidencia con las puestas de sol del 22 al 25 de junio.
Los directores de fotografía han bautizado el momento de la caída del sol como la hora mágica. En torno a ese tránsito entre el día y la noche se retoma en el Grau Vell de Port de Sagunt un evento de artes escénicas de carácter único por estar articulado en torno al atardecer, el Festival Al Crepuscle. La iniciativa parte de una idea original de la Companyia Hongaresa de Teatre, y está organizado por el Ayuntamiento de Sagunt desde las concejalías de Cultura y Turismo, y con la colaboración de Turismo Comunitat Valenciana. Su particularidad reside en convocar al público durante el ocaso en los días más próximos al solsticio de verano.
En esta segunda edición la ubicación se traslada a una antigua población de pescadores de los años cincuenta, ajena al desarrollo turístico. Este espacio singular fue en su origen el puerto íbero-romano de Morvedre y se encuentra ubicado junto a la Marjal dels Moros, un enclave de gran valor medioambiental.
“La representaciones este año tendrán el aliciente de poder disfrutar del crepúsculo sobre la propia marjal y la Sierra Calderona. Un lugar bañado por una costa particular y solitaria, ya que está formada por las gravas y cantos rodados que forman el cordón litoral, que proviene del río Palancia, y por otro lado contiene un material oscuro de aspecto volcánico, ya que durante los setenta años de vida de los Altos Hornos del Mediterráneo esta escoria se lanzaba alrededor de los seis kilómetros de costa”, valoran desde la dirección artística del festival.
Este año se han programado un total de cinco propuestas en un patio anexo a la torre-batería de vigilancia costera del Grau Vell, que datan del siglo XVI y han sido recientemente restaurados.
Sócrates por partida doble
La idea es organizar un festival en torno a la noche de San Juan, donde todas las artes convivan y en la que los espectáculos prescindan de la luz artificial. La cita pretende apoyar y dar visibilidad a las artes escénicas en estado puro. Así, la apertura el 22 de junio comenzará con el monólogo interpretado por Joan Carreras L’últim Sòcrates. La pieza tiene dramaturgia y dirección de Francesc Cerro-Ferran a partir de un texto de Platón. Su protagonista no es un personaje de ficción, sino un filósofo incómodo a los ojos del poder que acabó pagando esta osadía con su propia vida.
La figura de Sócrates vuelve a ser protagonista al día siguiente, 23 de junio, y con aforo limitado a 30 espectadores, en la obra Licaó, del reconocido dramaturgo griego Dimitris Dimitriadis. Sergi Torrecilla protagoniza esta apología del deseo, escrita justo después del estallido de las revueltas griegas contra la crisis económica. La trama contiene la confesión del viejo Sócrates de sus fracasos más íntimos a Licaón. Esta confidencia trastornará radicalmente la vida del joven, abocado a un exilio voluntario, lejos de la vieja democracia, en busca de un nuevo lugar donde vivir.
El programa del día se completa con Albéniz flamenco, un espectáculo musical alrededor de la producción de Isaac Albéniz, con el maestro de las seis cuerdas José María Gallardo del Rey y el guitarrista flamenco Miguel Ángel Cortés.
La más prestigiosa dramaturgia europea contemporánea
El sábado, 24 de junio, se volverá a representar Licaó, a la que tomará el relevo la lectura dramatizada de un texto inédito en nuestro país del reputado dramaturgo alemán Roland Schimmelpfennig, El gran fuego. El autor asume la dirección de un elenco de intérpretes valencianos que acometerá esta parábola aterradora, que al principio recuerda a un cuadro antiguo por su aparente belleza, pero en el que se describe la deriva de nuestro mundo hasta la catástrofe de los refugiados en el Mediterráneo.
La clausura del festival tendrá lugar el 25 de junio con un espectáculo musical que recoge obras de Johann Sebastian Bach arregladas sobre la base del quinteto de jazz y algunas músicas afroamericanas, “sin duda inspiradas, como las del maestro alemán, a partir del singular arquetipo de la humanidad y la espiritualidad”, afirma el impulsor de esta iniciativa, Jesús Salvador “Chapi”.
En Bach goes jazz, el músico y compositor valenciano se hace cargo del vibráfono y estará secundado por David Pastor a la trompeta, Iván Cebrián a la guitarra, Óscar Cuchillo al bajo y Carles Salvador a la batería.
Teatro frente a un paisaje de aves, mar y metalurgia
Festival Al Crepuscle nació en 2021 en el Teatro Romano de Sagunt con la aspiración de incorporar en posteriores ediciones algunas representaciones en diferentes lugares del patrimonio de Sagunt. El espacio elegido esta edición son las inmediaciones del antiguo e histórico puerto de Sagunto, el Grau Vell.
“La edición de este año no se puede celebrar en el Teatro Romano, lugar para el que está concebido el festival, porque se encuentra en obras, pero hemos escogido otro precioso lugar que ya teníamos presente desde el principio. Es un enclave con un gran valor arquitectónico, histórico y paisajístico, ya que este bastión está rodeado por el oasis natural de La Marjal dels Moros, un humedal con una rica fauna de aves y numerosos endemismos. Dispone de una microreserva y está incluido en la Red Natura 2000, al tratarse de un punto clave de aves migratorias que cubren rutas entre el norte de Europa y África”, detallan desde la dirección.
Este pequeño núcleo de población junto al mar está formado por unas 30 casas en torno a una calle principal. Las antiguas instalaciones portuarias de la ciudad todavía conservan restos de sus elementos defensivos, como el Fortín, compuesto por un torreón de vigilancia costera, batería, almacenes y patio cercado, de los siglos XVI y XVIII. Sus fondos marinos guardan restos arqueológicos del antiguo puerto de Saguntum, fragmentos de ánforas y pecios.
En una época donde la primacía de la vista se impone a los demás sentidos, Hongaresa de Teatre pretende conseguir que durante estos crepúsculos el público no quede escondido en la penumbra de las salas tradicionales, de modo que el artista tenga la posibilidad de contemplar su reacción.
El festival está concebido como una iniciativa sostenible, porque todas las representaciones se realizarán sin dotación técnica aprovechando la luz del crepúsculo. Un autobús se encargará de recoger y devolver a los espectadores desde Sagunt y Port de Sagunt.