La musicalidad extrema de IVO DIMCHEV abre el Nuevo Año en La Mutant

El reconocido performer búlgaro selecciona un repertorio íntimo para su primera actuación en Valencia

Tras cerrar 2018 como el año de su recuperación como espacio cultural y de la confirmación como aglutinador de tendencias artísticas multidisciplinares, La Mutant inaugura las propuestas para 2019 con un concierto en directo del coreógrafo y performer búlgaro Ivo Dimchev, considerado en la actualidad como uno de los artistas más transgresores y extraordinarios del panorama internacional. La cita, que supondrá la primera actuación de Dimchev en nuestra ciudad, tendrá lugar el próximo sábado 12 de enero a las 21 horas.

Desde sus inicios, la obra de Ivo Dimchev (Sofía, 1976) se ha movido entre la musicalidad y la provocación, dando lugar a una combinación extrema de danza, teatro, performance, dibujos y fotografía que le ha valido el reconocimiento de la crítica y toda clase de galardones a nivel mundial. Creador de más de una treintena de actuaciones, Dimchev ha presentado sus trabajos en diferentes continentes y ha dirigido clases magistrales en ciudades como Budapest, Amberes, Berna, Bremen o Viena. Además, es el impulsor y director de la Fundación Humarts en su país natal, donde organiza un campeonato anual de coreografía y donde también inauguró en 2014 el MOZEI, un espacio independiente para la presentación de música y arte contemporáneo.

Gracias a unas peculiares aptitudes vocales, Ivo Dimchev se ha ganado también una notable reputación como cantante. El repertorio de Songs From my Shows que ofrecerá en La Mutant está compuesto de una selección de temas extraídos de sus performances durante los últimos quince años, desvinculados todos ellos de su contexto original para transformarse y adquirir independencia como obras autónomas. Una faceta, la de cantante, que él mismo considera “mucho más difícil que ser un artista de performance o un coreógrafo que puede hacer todas las locuras posibles. El cantante está muy limitado en su expresión, y tiene que encontrar la libertad en esa limitación extrema. Dispones de tres minutos para interpretar una melodía sencilla con una letra sencilla y con eso tienes que llegar a las personas, y es algo que me parece mucho más desafiante que simplemente volverse loco y postmoderno”.