La segunda edición del Festival Polinyà Íntim alcanza un 90% de ocupación
El Festival de artes escénicas Polinyà Íntim, celebrado los días 3 y 4 de marzo en Polinyà de Xúquer, ha cerrado su segunda edición con resultados muy satisfactorios. El porcentaje total de ocupación durante los dos días ha sido de un 90% y el número de espectadores ha ascendido a 1.700 personas. Unas cifras que reafirman tanto la calidad de las propuestas programadas como el interés de los vecinos de la Ribera Baixa por el certamen, como lo demuestra el hecho de que varias de las obras agotaran todas sus localidades antes incluso de comenzar el festival.
“El balance de esta segunda edición ha sido muy positivo”, apunta Jacobo Roger, director del festival, “tanto a nivel artístico como de asistencia de público. Apostamos por una programación vanguardista muy variada, con obras de formato más tradicional junto a otras mucho más arriesgadas, pero siempre con el sello de la calidad como único criterio, y la gente ha respondido, no solo asistiendo a las representaciones, sino disfrutando de este tsunami escénico que supone Polinyà Íntim”.
La asistencia al festival ha crecido respecto al año pasado. “Ha habido un incremento respecto a 2017. Hemos pasado de 1.500 espectadores a 1.700, lo que refuerza el compromiso de los vecinos con el festival, porque ya no se trata de la novedad y la curiosidad por una primera edición, sino de consolidar un proyecto cultural que sitúe a Polinyà en el mapa. Realmente, la cultura y las artes escénicas pueden ser un motor para la economía y la visibilidad de los pequeños municipios. Y eso ya se ha podido ver este año porque no todo el público era de Polinyà, también había de pueblos de alrededor como Riola, Sueca o Alzira, de localidades más alejadas como Bunyol o Siete Aguas e incluso gente que se desplazó adrede desde Valencia para vivir la experiencia”.
Durante los dos días que ha durado el festival se han programado 12 propuestas escénicas y se han llevado a cabo 26 representaciones en total, en 12 espacios diferentes del pueblo, desde la Plaça Major al Carrer de la Pilota, pasando por una antigua verdulería, una construcción agrícola del siglo XVIII o un almacén reconvertido en pelaora de naranjas. En la oferta escénica han convivido desde una ganadora de dos Premios MAX (“Mulïer”) a un happening-performance queer en una casa de labradores, una de las casas más antiguas de la localidad (“Habitación sin vistas”), sin olvidar la potente programación infantil, con piezas escénicas de participación llegadas desde Zaragoza y Valencia. Hubo un estreno absoluto (“Fugida”), una producción internacional (“Vidas en conserva”) o el emocionante homenaje de La Chamana a Chavela Vargas con el que se clausuró Polinyà íntim 2018 y que levantó al público de sus asientos, en una prolongada ovación, al finalizar la actuación.
Acaba esta segunda edición, que tenía como leit motiv reivindicar el trabajo de las muje-res creadoras, después de meses de intenso trabajo por parte de la organización, en colaboración con el Ayuntamiento de Polinyà de Xúquer, las compañías, los vecinos que cedieron sus casas para las representaciones y el inestimable apoyo de los voluntarios que antes de cada función no solo introducían la obra que se iba a ver, sino que también con-textualizaban el espacio en el que se desarrollaba. “Ha sido un trabajo en equipo en el que cada parte ha desarrollado una tarea imprescindible, Polinyà Íntim como su nombre indica es un festival muy cercano, pequeño, como una gran familia en la que los propios artistas asisten a otras representaciones y conviven con el público”
Imágenes Jose Marín Rodríguez